Pero qué frío hace estos
días! Cuando salgo de casa está todo congelado, y cuando vuelvo solo tengo
ganes de no tener que salir más en toda la tarde. Si tengo que salir, lo hago
deprisa para volver rápidamente a casa y prepararme una buena taza de té
calentito, y eso que no soy friolera!
Esta sopa de cebolla es
un clásico del invierno que nos llega desde Francia. Es un plato que utiliza
ingredientes sencillos, pero que combinados y bien cocinados crean un plato
delicioso y muy reconfortante, sobre todo los días de más frío.
INGREDIENTES (para 4
personas)
5 o 6 cebollas medianas
50 g mantequilla
1,5 l caldo de pollo
1 chorro de aceite
8 rebanadas de pan
tostado
150 g queso rallado que
funda bien (tipo Emmental)
4 huevos
INSTRUCCIONES
INSTRUCCIONES
En una olla grande funde
la mantequilla y añade las cebollas cortadas en juliana o a pequeños dados,
juntamente con un chorro de aceite. Deja cocer a fuego lento durante unos 25
minutos, hasta que la cebolla adquiera un color marrón (no dejéis que la
cebolla se queme o la sopa tendrá sabor a chamuscado).
Añade el caldo y deja
cocer unos 15 minutos más.
Precalienta el horno a 200º
C
Llena 4 boles con esta
sopa. A cada bol añade un huevo batido, dos rebanadas de pan tostado y el queso
rallado. Puede ser cualquier tipo de queso rallado que funda bien y que os
guste. Si sois muy queseros podéis añadir más cantidad de queso y así tendréis
una sopa más rica. También se puede añadir el huevo hecho poché en vez de
batido que es como lo hice yo en la sopa de las fotos que os muestro, pero
otras veces añado el huevo batido y también queda buenísimo.
Coloca los boles en la
parte superior del horno y gratina durante unos 10 minutos. Vigila mucho cuando
saques los boles del horno porque quemarán cuando los toquéis!
Buen provecho.
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