Tengo un problema con los propósitos de fin de año. No es que sean demasiado difíciles, sino que muchas veces fracasan
porque pensamos que ya está, que con tener un propósito y cambiar una vez ya
hay suficiente. Es bueno proponerse cambios, pero tomar una gran decisión no lo
es todo. Es importante mantener los propósitos e ir poco a poco. Es bueno
cambiar, pero en la mayoría de las veces el cambio no pasa de golpe en una sola
vez. Pasa en un millar de pequeñas momentos. Cada vez que escogemos perdonar, o
ser agradecidos, o ir más despacio o estar tranquilos. Cada vez que escogemos
hacer lo que es correcto en vez de lo que es fácil, confiar en vez de dudar,
amar en vez de odiar es cuando sucede el cambio. No pasa nada si fracasamos una
vez, o treinta veces, siempre existe la oportunidad de mejorar, así que espero
que tengáis un año lleno de buenos propósitos a mantener.
Un bizcocho que no puede mejorar más es
éste.
Es súper ligero y esponjoso, y os servirá como base perfecta para
rellenar o cubrir con vuestros sabores favoritos. Nosotros lo hemos hecho con
un glaseado de lima delicioso. Si en vez de utilizar el molde de la foto
queréis utilizar uno redondo de 20 cm, os aconsejo que uséis la mitad de las
cantidades.
La receta está adaptada de un libro que se llama “Swedish Cakes and Cookies”, que
evidentemente compré en Suecia, donde vive una de mis mejores amigas. Siempre
que voy a visitarla alucino con la cantidad de dulces y pasteles que saben
hacer y que les quedan deliciosos. Esto de cocinar y tener siempre algún dulce
a punto parece formar parte del ADN sueco. A la mayoría les encanta hornear
panes dulces y pasteles que comparten con los amigos, compañeros o familiares
mientras toman café, o lo que ellos llaman “Fika”. De los suecos he aprendido
un montón de recetas y a disfrutar de este placer simple de la vida.
INGREDIENTES
4 huevos
340 g azúcar
2 teaspoons extracto de vainilla o la
ralladura de medio limón
200 g harina
130 g midón de maíz (maizena)
4 teaspoons levadura química (Royal)
2 dl agua caliente
Precalienta el horno a 175ºC
Bate los huevos y el azúcar con la ayuda de un batidor eléctrico durante 12 minutos, o hasta que la mezcla se haya vuelto
bien blanquita y haya doblado su volumen. Añade el extracto de vainilla o la
ralladura de limón. Añade los ingredientes secos (las harinas y la levadura) y
mezcla con una espátula. Añade el agua y mezcla ligeramente, hasta obtener una
masa homogénea.
Vierte la mezcla al molde que habrás untado
con aceite vegetal y hornea durante unos 45 minutos, o hasta que al pinchar el
bizcocho con un palillo, ésta salga seco.
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